Los Pedroches

Los Pedroches desde el Camino Mozárabe de Santiago

A Alcaracejos se llega por el Camino Mozárabe de Santiago pero a partir de ahí surge un amplio abanico de opciones y de experiencias que van del patrimonio al entorno natural, de la historia a la biodiversidad. Los Pedroches, tierra de paso y frontera, ha conservado muchos de sus elementos tradicionales gracias al aislamiento y a su lejanía de los grandes centros de decisión. Desde el siglo XVIII, las principales rutas entre el Valle del Guadalquivir y la Meseta se desviaron a Despeñaperros y la opción de Los Pedroches para viajar de norte a sur de la Península quedó en un segundo plano. Estamos en la comarca natural más extensa de Andalucía, ubicada entre tres regiones y cuatro provincias, lo que ha convertido a este territorio de 3.600 kilómetros cuadrados en un punto de encuentro de tradiciones y de culturas desde hace siglos. Si nos atenemos a la historia, podemos dividir la comarca en cuatro unidades históricas: Las Siete Villas de Los Pedroches, el Señorío de Santa Eufemia, el Condado de Belalcázar  y Conquista y Cardeña, que no formaron parte de las tres primeras unidades pero cuya historia ha tenido un devenir singular en cada uno de los dos casos. Si, por el contrario, observamos la comarca desde el punto de vista geográfico o geológico ‘grosso modo’ podemos distinguir entre la zona del batolito de granito, donde se encuentran prácticamente todos los pueblos, la zona de roca metamórfica marcada por la presencia de pizarras y las sierras, al sur la Sierra Morena cordobesa, y al norte Sierra Madrona y la Sierra de Santa Eufemia. Pero para esta guía de urgencia vamos a tomar como referencia la historia.

Las Siete Villas de Los Pedroches


Pedroche y, en menor medida Torremilano (Dos Torres), son las villas matrices de la comarca. Sus vecinos fueron poblando entre los siglos XIII y XV lo que luego se denominaría estado o comunidad de las Siete Villas de Los Pedroches: Pedroche, Torremilano, Torrecampo, Pozoblanco, Añora, Alcaracejos y Villanueva de Córdoba. Pedroche sorprende con su elevada torre de la Iglesia de El Salvador, que celebra en 2020 el quinto centenario de su construcción. La torre, El Salvador y la iglesia de San María del Castillo se ubican en el emplazamiento donde estuvo uno de los castillos más importantes del norte de Córdoba, derruido en tiempos de los Reyes Católicos.

De Pedroche podemos partir hacia Torrecampo, casi en el límite con Ciudad Real y conocer su ermita de la Virgen de Veredas, la iglesia de Santa María de Gracia, que pudo ser una sinagoga, y la Posada del Moro. De Torrecampo a Villanueva de Córdoba, podemos contemplar una de las impresionantes dehesas de la que salen los jamones de la Denominación de Origen de Los Pedroches. Villanueva de Córdoba es el centro de la dehesa mejor conservada y una de las cunas del mejor ibérico de bellota. Aparte de degustar este manjar en Villanueva se puede conocer la Audiencia, la Iglesia de San Miguel, el refugio de la Guerra Civil y el Museo de Historia Local, que guarda una importante colección de restos del pasado, sobre todo de la Prehistoria en Los Pedroches Pero a Villanueva hay que ir por la Feria del Jamón, que se celebra en octubre y que recibe miles de visitantes en busca de un producto único. Y de Villanueva a Pozoblanco, el municipio más poblado del norte de Córdoba y el centro administrativo y comercial de la comarca. En Pozoblanco hay que conocer la plaza de toros, mundialmente conocida por la muerte de Paquirri, su plaza del Pozo Viejo o la plaza de la Iglesia de Santa Catalina, uno de los lugares de culto más grandes de la provincia.

A cinco kilómetros de Pozoblanco se encuentra Añora y a siete Dos Torres. Añora sorprende por lo cuidado de su arquitectura y la armonía de su casco urbano. Es el municipio de Los Pedroches donde mejor se han conservado las denominadas casas de tiras: fachadas de granito con líneas simétricas pintadas con cal. La calle Virgen, la ermita de Piedrasantas o el entorno de la ermita de San Pedro son enclaves que guardan ese recio aroma que marca la sobriedad del carácter de Los Pedroches. La plaza de Añora, con la noria y la iglesia de San Sebastián, es el centro de un casco urbano cuajado de cruces que se visten por mayo en una de las fiestas más singulares de Los Pedroches. Y de Añora a Dos Torres. Torremilano, en las Siete Villas, y Torrefranca, en el Señorío de Santa Eufemia, dan lugar a Dos Torres en a mediados del siglo XIX. Declarado conjunto histórico, Dos Torres guarda un impresionante patrimonio de casas blasonadas, un extraordinario ejemplo de arquitectura popular. La iglesia de la Asunción, el Pozo de Nieve o su Plaza de la Villa, que se llena cada año en torno al fuego por la Candelaria, son algunas muestras de una localidad que tiene un indudable atractivo.

Y de Dos Torres, volvemos a Alcaracejos, puerta de entrada a todo este patrimonio.

Señorío de Santa Eufemia

Tras la conquista cristiana de Córdoba, en 1236, las primera zona que se entregó al control de familias nobles fue Santa Eufemia con su castillo y un ámbito territorial que luego incluiría El Guijo, Casas de Don Adame, en la actualidad El Viso, y Torrefranca, que se integró en Do Torres. Santa Eufemia es la población más septentrional de Andalucía. Junto a su imponente sierra destaca su caserío, donde podemos visitar la iglesia de la Encarnación, de trazas bajomedievales gótico-mudéjares. Y arriba el Castillo de Miramontes, en el monte Horcón, desde el que podemos contemplar la que posiblemente sea la mejor vista panorámica de Los Pedroches. En Santa Eufemia podemos disfrutar de su espectacular entorno natural, declarado Lugar de Importancia Comunitaria y Zona de Especial Conservación. Además, de la Sierra, destaca el Valle del Guadalmez. Si lo seguimos, aguas arriba, llegamos al término de El Guijo, que guarda en su término la que pudo ser la ciudad romana de Solia. Por ello, es obligada la visita al yacimiento de Majadaiglesia, junto a la ermita de la Virgen de las Cruces, en el espectacular paraje de El Soto. De El Guijo, en esta particular ruta viajamos a El Viso por Dos Torres. El Viso aparece bajo la torre de la iglesia de la Encarnación. Esta población es conocida por sus encierros de Santa Ana, declarados de interés turístico. Cada año se corren vacas bravas por las calles en una fiesta que es tradición y punto de encuentro. Del El Viso regresamos de nuevo a Alcaracejos para iniciar una nueva ruta hacia el Condado de Belalcázar.

Condado de Belalcázar

De Alcaracejos a Villanueva del Duque apenas hay tres kilómetros. Para conocer los municipios del Condado de Belalcázar basta con seguir la ruta del Camino Mozárabe a Santiago de Compostela. La vecina localidad cuenta con un pasado común con Alcaracejos en lo que se refiere a la minería y a la influencia que ésta tuvo en ambos municipios. De hecho en el entorno de Villanueva del Duque podemos conocer algunos ejemplos de patrimonio industrial muy destacados como los restos de El Soldado o la zona de las Morras. Del patrimonio de Villanueva del Duque destacan la iglesia de San Mateo y la ermita de la Virgen de Guía, una de las de más valor artístico deel norte de la provincia. A la Virgen de Guía la veneran cinco pueblos, entre los que se encuentra Alcaracejos, y turnar cultos, festejos y romerías. Aparte desde Villanueva del Duque surgen rutas hacia la zona de la sierra, que guarda preciosos parajes en este municipio. De camino a Belalcázar e Hinojosa pasamos por Fuente La Lancha, una pequeña localidad con encanto con un caserío de cal y granito asentado en la llanura.

Y llegamos a Hinojosa del Duque, cuya iglesia de San Juan Bautista es conocida como la Catedral de la Sierra por su noble fábrica. Se trata de un templo de origen medieval que debe el inicio de las obras de su actual edificio a Hernán Ruiz El Viejo. Su construcción fue completándose durante el siglo XVI y principios del XVII y a ello debe su mezcla de estilos gótico, plateresco e incluso barroco. La visita a este templo es obligada para todos los amantes del patrimonio histórico que lleguen a Los Pedroches.

Y Belalcázar, que cierra este recorrido por el contado, un municipio con un impresionante patrimonio histórico, quizá uno de los más importantes de la provincia. Casi en el límite con la provincia de Badajoz, destaca su castillo. Este bello alcázar que dio nombre al municipio, denominado Gafiq en época musulmana y Gaete posteriormente, es de estilo gótico civil. Su torre del homenaje es la más alta de la Península y ya es visitable gracias a inicio del proceso de rehabilitación de la fortaleza. En Belalcázar debemos visitar también el convento de Santa Clara, también de estilo górico, el pilar y la iglesia de Santiago.

Cardeña y Conquista

Cardeña y Conquista se sitúan en el extremo oriental de la comarca. Conquista surgió en el siglo XVI en el camino denominado de La Plata, que unía Córdoba con la Meseta. La existencia de salteadores de caminos y el enorme despoblado que existía entre Villanueva de Córdoba y Almodóvar del Campo, ya en Ciudad Real, motivaron la fundación de esta localidad  en el corazón de la dehesa, muy cerca del río Guadalmez y desde donde podemos divisar impresionantes vistas de Sierra Madrona.

Cardeña, que perteneció a Montoro hasta los años 30 del siglo XX, es el extremo oriental de Los Pedroches y destaca por contar con un extraordinario patrimonio natural. De vistia obligada es la visita a las dehesas que rodean el municipio y que están integradas, junto al Valle del Yeguas, en el Parque Natural de las Sierras de Cardeña y Montoro, una de las mejores reservas naturales de España, donde habitan especies como el lince ibérico, el águila imperial o la cigüeña negra.